Comienza un viaje con buen pié.

13 10 2007

Una joven esperaba el embarque de su vuelo en un gran aeropuerto.
Como tenía una larga espera ante sí, decidió comprarse un buen libro, y
también se compró un paquete de galletas.
Se sentó lo más cómodamente que pudo, y se puso tranquilamente a
leer, dispuesta a pasar un buen rato de descanso
Al lado de su asiento donde se encontraba el paquete de galletas, un
hombre abrió una revista y se puso a leer.
Cuando ella cogió la primera galleta, el hombre también cogió una.
Ella se sintió irritada por este comportamiento, pero no dijo nada, contentándose
con pensar: “¡Que cara dura ! ”
Cada vez que ella cogía una galleta, el hombre hacía lo mismo. Ella se
iba enfadando cada vez más, pero no quería hacer un espectáculo.
Cuando solo quedaba una galleta, pensó: “¿Y ahora qué va a hacer este
imbécil ?”
El hombre cogió la última galleta, la partió en dos y le dio la mitad.
Bueno, esto ya era demasiado. ¡Ella estaba muy enfadada!
En un arranque de genio, cogió su libro y sus cosas y salió disparada
hacia la sala de embarque.
Cuando se sentó en su asiento del avión, abrió su bolso y… con gran
sorpresa descubrió su paquete de galletas intacto y ¡cerrado!
¡Se sintió tan mal! No comprendía como se había podido equivocar.
Había olvidado que guardó su paquete de galletas en su bolso.
El hombre había compartido con ella sus galletas sin ningún problema,
sin rencor, sin explicaciones de ningún tipo.
…mientras ella se había enfadado tanto, pensando que había tenido que
compartir sus galletas con él. Y ahora ya no tenía ninguna posibilidad de
explicarse ni de pedir excusas.
HAY CUATRO COSAS QUE NO PODREMOS RECUPERAR NUNCA MÁS:
Una piedra, después de haberla tirado. Una palabra, después
de haberla dicho. Una ocasión, después de haberla perdido.
El tiempo, cuando ya ha pasado.





Verano e/o Invierno. El caos

28 06 2007

Florida, Junio 2007.

Los debastadores incendios no hicieron más que empezar. Aquello fue tan sólo el principio.

Tailandia, Junio 2007.

Las inundaciones, como cada año desde hace décadas, fustigan a la población. Aquello fue tan sólo el principio. Lee el resto de esta entrada »





Entre estrellas de neón.

1 06 2006

Muchas son las tardes que se pasan sin hacer nada. Y sin hacer gran cosa estoy hoy. Como otros tantos días de mi vida, con mi cigarro frente al ordenador, intentando escribir algo. No sé que pasa.

Se está fraguando una lucha interna, no se muy bien ni cuales ni cuántos son los bandos, qué pueden perder cada uno de ellos, ni mucho menos se qué es lo que podrían ganar,

Quizás el control epiléptico de mi mente últimamente taciturna con espasmos de felicidad. Proporcionada esta última por algunos gestos amables, posibles nuevas experiencias y aventuras que se me antojan idílicas.

Girando el gaznate hacia el suelo cuando nadie me observa, dejando la mirada perdida sobre el blanco hiriente de este texto, buscando algo con cuerpo que poder describir con los pocos recursos literarios que dispongo en mi cabeza de chorlito.

Y no encuentro nada que haga de mi persona una mente viva, audaz e interesante para las retinas por las que suelo pasar.

Otra colilla más humeando en el cenicero.

Y el zumbido a mi alrededor de mis compañeros de silicio, plástico y algún que otro componente más de la élite…

Vaya, buscad “elite” en http://buscon.rae.es/diccionario/drae.htm

Una palabra esdrújula que el Word subraya en rojo si la escribo con tilde, y sin embargo puede escribirse de ambas formas.

Aquí tenéis la prueba de la falta de recursos que tengo.

… me acompañan con su murmullo incesante mientras un ejército de mosquitos intenta atravesar la ventana que … ¿porqué esta abierta?

Maldita sea.

Y otro palo incandescente llevo a mi boca, acaricio el encendedor mientras van flotando las palabras de mi cabeza a mis dedos, y los electrones me las devuelven para ver como queda sobre este pálido y ardiente fondo.





Mangas recogidas y listo para la carrera.

10 04 2006

Bueno, este post va a ser especial. Como en La Historia Interminable, habrá partes que estén en «rojo» y otras en «verdes». Pero como se que al menos tengo un lector que no distingue esos colores, pues no voy a hacer la putada de ponerlo en colores. Pondré separadores diciendo: Esta parte va en rojo.
Además la escribimos él y yo juntos, y bueno, se lo debo, así que quedaría feo. Como la historia de Atreyu, no está terminada, veremos a ver cuantas partes hago.

————Esta parte va en rojo————

Érase una vez en un país muy muy lejano, creo que quedaba fuera de Sevilla Este. Que estaba lleno de hadas, elfos, gnomos, y demás especies de la misma ralea, todas autóctonas del mundo de la fantasía. Inmigrantes sin papeles en este mundo de la realidad, por falta de trabajo en su país natal. Doy pistas, Fantasía, sí ese país, el de Fuyu, Atreyu y la Emperatriz infantil.

————Esta parte va en verde————

Érase una vez en un lejano país de fantasía, vaciado de sus seres mágicos a causa de la emigración, porque el trabajo de fauno no esta muy cotizado y todas las madres habrían preferido que sus hijos hubieran sido médicos antes de misóginos, alcohólicos y flautistas de tres al cuarto. En el más lejano de los bosques encontramos a un tipo, si un tipo, porque no suelo acercarme a extraños enormes a preguntarles su nombre, horóscopo, si estudia o trabaja.

————Esta parte va en rojo————

Hay algo de lo que puedo estar seguro. Había un tipo, un poco alocado, corriendo detrás de su razón cada vez que de su boca salía alguna de esas cosas que conocemos como gilipolleces o tonterías, a las que mucha gente era alérgica. La verdad, este tipo se pasaba la mayor parte de su tiempo corriendo. Sí, la mayor parte de su tiempo. Sólo descansaba cuando estaba sólo.

————Esta parte va en verde————

Aquél sitio era frondoso como en todas las historias de héroes que salvan algo, bien sea una princesa en peligro, un pueblo atormentado por un dragón o el propio ego del héroe, el mismo que estudio ciencias puras y luego acabar opositando para una plaza de “Príncipe azul (Tipo C)?. Nuestro héroe de hoy, el tipo, miro aun lado y al otro, se apostó frente al bosque al completo y dijo:

-¡Tú!, ¡bosque de cuento!, quiero vivir aventuras misteriosas y no me lo estás poniendo fácil. Así que ahora mismo quiero que te vuelvas misterioso. Ya sabes, entorna las ramas, frunce las hojas y ya estás quitándote esos pájaros cantarines de las copas de los árboles.

-(El bosque) ¿Qué…?

-¡Ah!, por cierto no sabrás por dónde queda Castillo encantado s/n, cerca de la Av. de los Héroes Caídos por Dragones. Es que soy malísimo para las direcciones.

————Esta parte va en rojo————

Para que no se entienda mal, este tipo se había acostumbrado a decir las mejores tonterías por las mañanas, así que las mejores carreras eran, por ende, matutinas. Una de esas mañanas corrió tanto que acabo no sabe muy bien cómo en un sitio… (Bueno, si sabe cómo, llegó corriendo) … en un lugar por el que seguramente pasaron aquellos seres inmigrantes, que al ver a la policía recogieron sus bártulos un poco a toda prisa y se dejaron el objeto allí.
No sabe muy bien para que sirve, pero por la apariencia no parece ser que sea para el mal. Además tenía un número de serie grabado, lo que le llevó a la conclusión que no era el único. Parecía nuevo, de hecho lo era, y tenía un brillo abrumador. Se lo quedó no sabe muy bien para qué, al menos por ahora.

————Esta parte va en verde————

-(Bosque) Mira, haremos unas cosa, yo te digo dónde queda y tu me dejas en paz, que me quedan sólo trescientos nueve años para jubilarme y ya le he echado el ojo a una colina soleada en Florida.

Puede que “el tipo? suene muy impersonal, pero os comento que iba en blanco y negro, todo él, como si hubiese salido de un viejo capítulo de “Los Monster?. Caminó por lo menos un par de días y sus noches hasta que a la mañana del tercero llegó a su destino, “Urb. Princesa Encantada?, bueno los castillos tipo dúplex se han puesto de moda desde que la fantasía cotiza en bolsa y el más rico del país no es el Rey Justo sino un inglés marisabidillo llamado Potter.

Subió, y subió, sólo eran cuarenta y dos plantas y no tuvo que subir más. Vocifero en la puerta, vio que no funcionaba, tocó al timbre, de nuevo el silencio. Como era un tipo “curioso? se dijo: “eso va a ser que esta encantada? y continuó: “esto lo desencanto yo en un plis?

CONTINUAR?…?





Metas

8 03 2006

Con un cigarro en los dedos, como siempre, se desvanecen los miedos dejando entrever metas escondiéndose en una fortaleza a primera vista inexpugnable y a segunda …

Tras fijarte un poco y sin darte cuenta las tienes en la palma de la mano y juegas con ellas.

Las pasas entre los dedos dándoles ritmo, al principio como un vals lento y caluroso. Durante un tiempo las dejas ir a su antojo, recorriendo cada recoveco de tu palma.

Embobado como un niño con juguete nuevo que no sabe muy bien de dónde ha salido aquello, le vas dejando el control.

Sin darte cuenta lo vas forzando para que siga tus designios.

Si no lo haces con cuidado esas metas danzantes se te pueden ir resbalando de los dedos.

Intentas hacer malabares, quieres que quede bonito. Y piensas que si otros lo hacen bien ¿porqué tu no? Te lanzas y si no eres de los que saben lo que hacen se te caen de los dedos y te quedas mirando cómo estallan contra el suelo.

Y vuelta a empezar.

No dejes que tus metas te controlen, son tuyas, no tú de ellas. Haz lo que creas que es lo correcto, es más fácil de lo que parece saber lo que hacer, es tu camino y tu decides. En el fondo sabes que es mejor caminar que parar y ponerse a temblar.





La magia tiene forma.

13 02 2006

Hay una leyenda que dice que existe un sitio en el que siempre es primavera. Que los campos están siempre en concierto multicolor sin descansos. La brisa galopa por encima de las flores dando ritmo al compás que marcan los pájaros con sus trinos y el ondular de sus alas.

Tras los campos está el bosque, verde, lleno de vida, y tras el bosque está, como siempre, la parte prohibida en la que muy pocos se atreven ni siquiera a pensar. Tampoco es que fuese un lugar tétrico y oscuro, sólo lo parece cuando se compara con los alrededores.

Y es por ello, que a ese tipo de lugares se le atribuyen cuentos, se escriben historias y borradores para luego pasarlos a limpio y darles un tono aún más tenebroso con un tipo de letra barroca.
Pero los que escriben esas historias no saben que se equivocan en el objeto en el que centran sus inquietudes. El lugar es sólo el continente. Lo inquietante es el contenido, la fuente de donde manan tantas historias tan aterradoras y algunas veces maravillosas. 

Este continente encierra un pequeño altar. Un altar de mármol de la más alta calidad. Ornamentado con unas tallas un poco curiosas. Están grabadas unas voces que simulan que han vencido. Alguien resbalándose del cielo y tropezándose con el suelo. Una pareja de mariposas danzando, haciendo un homenaje al viaje de una nube. Y otras muchas escenas que se antojan imposibles de describir a este inexperto escritor.

En realidad, parecía que el altar y sus tallas estaban vivos, y es que el altar respiraba tiempo y las tallas sabiduría. Un tiempo infinito y una sabiduría que respondía a todas las preguntas nada más aspirarla.
En lo alto del altar hojas de laurel y olivo, impolutas y perfectas, como recién colocadas. Y sin embargo daba la sensación de que llevaban ahí mucho tiempo. Lo único que hacía presagiar que aquello estaba recién colocado era la vela encendida en el lado derecho, nueva e inconsumible. La llama bailoteaba a la par del azar más preconcebido.

Y acunada en el centro, semidormida, la magia con forma. Cualquiera puede adentrarse y cogerla, no hay trampas. Sólo el deseo de hacer feliz al que se cruce por su camino. Esa es la imposición del que te ofrece la magia. Pocos se han atrevido a adentrarse y cogerlo. Los prejuicios del sitio, y las historias que cuentan de aquel lugar hacen incluso que el más fuerte y valiente se lo piense dos veces antes de entrar, enfrentarse a los más increíbles peligros inexistentes y coger el tesoro que pocos conocen y tantos anhelan.
Esto no es habladuría pero, hubo una vez un intrépido ignorante de todas esas cosas que se adentró allí. No es una historia inventada porque conozco al tipo.

A este ignorante resulta que le gusta mucho descubrir rincones y recovecos hermosos, y aquél lugar le estaba llamando. Bueno, el lugar no, más bien lo que había allí dentro como he dicho antes.
Aunque era nuevo en aquel lugar, no se preocupó de preguntar qué había más allá del bosque. Y una tarde que se antojaba a todo el mundo perfecta, se acercó al bosque, se apostó frente a él al completo y dijo:

-¡Tú!, ¡bosque de cuento!, quiero vivir aventuras misteriosas y no me lo estás poniendo fácil. Así que ahora mismo quiero que te vuelvas misterioso. Ya sabes, entorna las ramas, frunce las hojas y ya estás quitándote esos pájaros cantarines de las copas de los árboles.

-(El bosque) ¿Qué…?

-¡Ah!, por cierto no sabrás por dónde queda Castillo Encantado s/n, cerca de la Av. de los Héroes Caídos por Dragones. Es que soy malísimo para las direcciones.

-(Bosque) Mira, haremos unas cosa, yo te digo dónde queda y tu me dejas en paz, que me quedan sólo trescientos nueve años para jubilarme ya le he echado el ojo a una colina soleada en Florida.

Disfrutó del paseo, poca luz dejaban pasar los frondosos árboles, le gustó. Esa tímida penumbra le estuvo observando todo el camino, era la primera vez que veía a un senderista que disfrutaba realmente de lo que estaba viendo. Además ese individuo era inquietante, parecía que estaba allí solo de camino; ella, la penumbra, sabía que iba hacia aquel lugar y decidió mostrarle lo más hermoso de sus entrañas para hacerle más fácil el caminar y acallar, si cabe, la voz que llamaba al senderista.
Pero no lo consiguió, se esforzó la penumbra, pero se equivocaba como la paloma. Perdió y él llegó a la frontera del bosque.

Le gustó lo que vio. La verdad, no me voy a parar a describir aquella colina verde azulada rodeada por el borde del bosque con un pequeño altar en la cima.

Inquietado por aquella visión, no sintió miedo, no salió corriendo. Todo lo contrario, avanzó impulsado por algo que tiraba de él y le llevaba hasta aquel altar. Se quedó sin aliento al llegar a la cima y respirar el aire que le rodeaba. Le atrajo la vela, las hojas de laurel sonrieron al verle y las tallas le señalaban el lugar.

Agarró la magia echa forma con la mano derecha, ella se lo pedía. y se marchó de aquel lugar.
 





Algunas veces no es bastante.

6 12 2005

Nunca, diría yo. Creo que nos gusta quedarnos con las ganas. ¿Que ocurriría si nos lo diesen todo así de golpe? Efectivamente, veo que sois inteligentes. Si habéis pensado que de esa forma no apreciaríamos el valor de las cosas sigue leyendo, si no, piensa un poco. Pero ojo, que pensar denota curiosidad, la curiosidad mató al gato, por tanto, cada vez que piensas muere un gatito. Ténlo presente.

Se dice, se comenta y se rumorea que el individuo puede llegar a ser inteligente, pero la masa siempre es una estúpida. No hay más que hacer un poco de zapping para ver lo estúpida que es la masa.

¿Realmente piensa la masa que es libre? Estúpida

Lo siento mucho y por mucho que me duela, hasta en mi propio hogar. El sitio donde no entra nadie si no es de acuerdo a un consenso familiar. El sitio donde me siento seguro. Todo se desmorona a mi alrededor cuando lo único que se quiere ver son los cotilleos, novelas de tios de gimnasio sin camiseta y tias con escotes que quitan el «sentío» y un reality show de una casa con personas «normales» que representan a toda la sociedad en todos sus ámbitos que tiene que «trabajar» para que les den dinero para conseguir comida y tabaco.

 ¿Realmente piensa la masa que es libre? Estúpida

 ¿Realmente pienso que soy inteligente? Estúpido.

No soy tan prepotente como para decir que soy más que nadie. A nadie le interesa si soy inteligente o no, y mucho menos a mi. Algunas veces no es bastante con mirarte en el espejo, algunas veces no es bastante pensar en ti, algunas veces lo que hay que hacer es mirar el espejo y ver lo que hay a tu alrededor.

¿Tengo el valor de mirar al espejo? Más aún, ¿tengo valor para darme la vuelta y contemplar la belleza del mundo en toda su magnitud? El individuo puede que si, la masa desde luego que no.

Me recorre un escalofrio por el cuerpo cada vez que lo hago. Y es que el mundo es bello pero la sociedad es un cadáver en putrefacción al que ha nadie se le ha ocurrido enterrar. ¿Porque? ¿No sabemos ya que la masa no es inteligente?

Ensayo de curiosidad.