CodeCamp Noviembre, Madrid

30 10 2006

Hace mucho tiempo que no escribo, lo sé, soy un dejado. Pero bueno, la verdad es que ahora mi vida esta cambiando y mucho.He terminado la carrera, tengo un trabajo que me encanta, una novia que me quiere y vistas de futuro en el mundo personal y profesional. No voy a hablaros del personal porque por algo es personal. Así que os hablaré del profesional. Estoy escribiendo este artículo en Madrid. En un evento de Microsoft de todo un fin de semana. Nos están enseñando qué es lo que va a venir y qué van (vamos) a hacer para que estos increíbles avances en tecnología llegue a todas partes. Y es que esto cada vez se parece más al mundo Linux. Hay comunidad, muy grande de desarrolladores que les encanta esta tecnología, al igual que a mí. Aunque yo no tenga mucha idea, más bien nada. Pero aquí estoy haciendo lo que puedo y disfrutando. Cuando digo que esto se parece más al mundo Linux es porque he descubierto el mundo de las betas, ctp’s, ctm’s etc etc. Y es que resulta que desde que sale la primera beta de un producto. Desde Redmond (Creo que se escribe así) Hay un tipo que compila todo lo que se ha hecho y lo ponen a disposición para que los que estamos suscritos al programa de betas nos las descarguemos y probemos. Esto en verdad, es muy peligroso, ya que de una “compilación” a otra aparecen cosas nuevas y desaparecen otras. Y esto es un gran quebradero de cabeza para los que desarrollamos con betas de productos. Porque de una semana a otra no funciona.

Esto me ha llevado a descubrir lo que siempre nos han dicho en la facultad y que me sentía reticente a creer. Siempre vamos a estar estudiando. Yo pensaba que si, que saldrían tecnologías nuevas cada dos años o así, y punto. Pero que salga algo nuevo cada semana?, ufff. Esto parece que es demasiado, pero bueno, si la comunidad del software libre puede aguantarlo, ¿Por qué no yo?.

 La siguiente es en Sevilla, nos vemos allí.





Una estación.

17 10 2006

Una bruma tambaleante y sudorosa se arrastraba por los andenes de aquella estación. No había pasado mucho, más bien nada. Con la media sonrisa típica de un tipo que acaba de enterarse de una buena noticia. Apoyado en una columna que sustentaba el techo de la vieja estación vio cómo la vía solitaria le decía: “No chico, todavía queda”

Sin dejar de sonreír encendió el primer cigarrillo de la cajetilla de tabaco que acababa de comprar. “Algún día lo dejaré” se decía, pero lo cierto era que estaba muy enganchado, lo que hizo que anduviese a las afueras del recinto con una tos seca a sus espaldas, más lúgubre que de costumbre por la resonancia del lugar.

Se unió a la bruma exhalando el humo de aquel cigarro, sin querer oír la tos que le perseguía. La alegría llenaba su cuerpo, y como loco empezó a reír en solitario en la oscuridad. “No chico, todavía queda”, su respuesta: “No tengo mucho interés en volver a verte vieja estación” resonó en el eco de una bruma tambaleante y sudorosa que se arrastraba por los andenes ….





Uno más

4 10 2006

Hace mucho que dejé de ser un niño, pero hace muy poco que empecé a ser hombre. No soy más que ese hombre que juega a ser un niño entre las miradas de mujer que juega a ser niña poniendo voces, mientras mira al suelo simulando estar enojada en busca de atención.

Esa atención que se me cae del sombrero cuando cruzo la puerta y estás ahí esperando a que llegue.

Y cuando nos vayamos no tienes que traer gran cosa, como alguien dijo una vez:

A menudo me pregunto porque,
siempre que me besas me deshago
ni la distancia ni el tiempo es un precio,
por vivir encadenado a tus labios,
porque soy como un huracan vendido al peso,
soy como los brazos sin las manos.
Qué puedo hacer si no estas 
aparte de escribir de ti
y gritar tu nombre contra el viento.
Como único equipaje quiero que traigas tus labios.
Jugar entre rasos blancos a rozarte con las uñas.
Esconderme entre tus piernas, seré tu ropa interior.
A ver quién grita mas fuerte, quién hace mas daño a quien.
Muerde bien y no me sueltes, dame un poco de dolor.
Pues tu sabes que esa es mi única afición
y gritar tu nombre contra el viento.